jueves, 10 de septiembre de 2009

introducciòn a Diana

Diana se ve en el espejo, esto es importante para ella. Es gruesa, no gorda, sòlo gruesa, ha desaparecido el tiempo de ser delgada. Se ha puesto la faja para verse firme, firme no delgada. Lleva el cabello suelto, simpre lo habia llevado suelto, pero se lo cortò muy pequeño, como un chico. Entonces se acostumbrò a verse diferente, el cabello ceñido a la cabeza y al rostro, como un gorro. No era tan sensual a menos que ella lo hiciera sensual con su expresiòn. Es dificil recordarlo siempre. Ahora vuelve a ser largo, y ella ya olvidò comportarse como corresponde con la sensualidad del cabello largo y libre.

Le gusta fumar pero no lo hace diario. Ni siquiera es seguro que una vez por semana fume. Ayer, a las nueve de la mañana compro un benson en una plaza semivacia, estaba triste y sonó la canciòn adecuada en las primeras tres caladas. Fue una delicia. Hoy comprò un cigarro mientras caminaba a la una de la tarde por una calle transitada, llena y ruìdosa, el cigarro no supo igual. Decidiò no volver a fumar si hay mucha gente y mucho ruìdo.

Le prometiò a su pareja que no volverìa a fumar. Pero mientras encendìa el cigarrillo recordò el placer de tener una vida secreta con sus secretas pasiones. Lo ùnico que le queda de juventud es la rebeldia y esa aficiòn a ser mucho màs de lo que es regularmente.

Diana no es vieja pero ya no es joven, ha llegado a ese molesto paìs de la madurez. Le causa un poco de risa la madurez, un poco porque no vale la pena siqueira carcagearse de ella. Todo mundo sabe que es una mierda.

2 comentarios:

  1. Miss Rouge,

    Excelente descripción de Diana. Es bueno reirse, no importa la razón.

    Me ha gustado mucho el texto anterior, intente comentar pero algo pasa que no deja publicarlo.

    Vaya paseo, vaya charla de té.

    Encantador sitio.

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  2. Rouge, un buen texto, que como veo, dio para más-
    Cómo son las pasiones del alma, del hombre, d ela mujer. Son heladas, dolorosas, airosas, aciagas, que gustan disgustan y se niegan.
    Pero es que así es uno.
    Huelo tu texto profundo y nostálgico, tal como la pasión del autodescubrimiento... De esas veces en que uno, es tan mierda...

    Disculpa la tardanza en pasarme por aquí, he tenido una carga de trabajo, pero mira, que no me olvidé de Diana.

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